Lo Inesperado

Beyadur Miente
Silvia Dupuy

La bruja, mientras ella duerme le clavó el huso.
al uso nostro, májela, vibra, lentina y más
cuando el reloj dé las doce, tu zapallo grande
romperá el cristalito armando un desparramo senil,
al verla bella sobre tunada víspera acabará
de sonar en tu orejita virginal el carrillón.
Abroja lacra prima la noble cara
praliné hasta tus ejes labiales
vulnera la crasa flecha en la durmiente
sin príncipe asido, ha sido nabal enjuto como punta,
ácido como seno menos que banana y fruta
y beya nayente nuda el pubis disimulando
como si durmiera hace picarona
aroma de selva en la doliente
Le gusta la violenta acicateada al yuyo fino,
príncipe terra pasatinta y cala pérfido dos horas
y nada se conmueve, yacente sigue anonadada.
El viene por camino cierto, hasta que guiña el ojo la dormida
palacio trama y soledad sudada arriba eleva la pulposa gatera
que resplandece sobre la seda ajada.
Príncipe inclina la varilla nieva novedad nueve veces inclinada
surtiendo inclinación, beya dice:
me gusta el despertar manipulado
el simulado dormir llevado y diestro.
Entretelones putabruja espía en asno alfín encorsetado
y niquia iniquidad en los salones, corteses cortesanos
al bailongo se dieron caños largos
jarabe naranjín sobre el teclado.

Del libro "En la Penumbra del Deseo". Silvia Dupuy y Alicia Mariona (compiladoras)